Ayer pasé el día en Carmelo, es una pequeña ciudad de 20.000 habitantes en el departamento de Colonia, unos 250 km. al oeste de Montevideo, de vida tranquila, amplias calles con edificaciones de una planta, lo mejor la playa de Seré, un paraje impresionante, donde los árboles crecen en sus arenas para acabar bebiendo directamente del rìo y las bandadas de pájaros revolotear y cantan a placer. Sus espectaculares atardeceres dan ganas de que el sol nunca termine de ponerse y permanezca tangencial al horizonte. No me extraña que Ana, una joven que se marcho de su Dolores natal para conocer mundo, se haya quedado estancada apenas a 70 km de su punto de partida, allí llevaba un año paseando con su perro por la playa, haciendo pulseras y esperando que el tiempo nunca pase. Un lugar para extraordinario, sobre todo ahora, cuando aún no ha llegado el turismo argentino que en verano lo inunda todo.
viernes, 9 de octubre de 2009
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